Propuesta curricular adaptada
(pca)
El propósito de la inclusión es que todos los niños y las niñas
compartan los mismos espacios educativos y la misma educación. Lo que deberá
variar, en caso de ser necesario, es el tipo de apoyos que se ofrezca a los
alumnos y alumnas con discapacidad, para asegurarse de que participen y
aprendan en igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros. Por ello,
la elaboración y seguimiento de una propuesta curricular adaptada a sus necesidades
resulta indispensable. ¿A partir de qué se elabora la pca?
La propuesta curricular adaptada debe elaborarse a partir de:
a. Informe de evaluación psicopedagógica. Como se mencionó en el punto
anterior, a través de esta evaluación se conoce al alumno o alumna, sus
necesidades y los apoyos o recursos que deberá disponer la escuela para
asegurar su participación y logro educativo.
b. Planeación de grupo. Como se ha señalado, la intención es que
el alumno forme parte de su grupo y participe en las mismas actividades que el
resto.
Por tanto, la planeación que el maestro tiene para todos deberá ser el
punto de partida para realizar los ajustes que, con base en el informe de
evaluación psicopedagógica, se consideren necesarios.
A continuación se enlistan los datos que preferentemente debe incluirse:
Fortalezas y debilidades del alumno o la alumna en las distintas áreas.
Aspectos que prioritariamente deberán trabajarse en las distintas
áreas a corto plazo (un ciclo escolar).
Adecuaciones de acceso que puedan ser necesarias en las instalaciones de
la escuela o el aula, así como la dotación de recursos y materiales especí-
ficos para el alumno.
Es importante considerar que no siempre se demandan este tipo de
adecuaciones ni en todos los aspectos; sin embargo, en caso de requerirse
deberá establecerse quién será el responsable de darles seguimiento y las
acciones que necesitan llevarse a cabo para realizarlas.
Participación
de las familias
Tomando en cuenta que en el proceso de inclusión la
participación de las familias es fundamental, debido a que el reto de atender a
los alumnos y las alumnas con discapacidad no puede ni debe ser una tarea
exclusiva de la escuela sino una tarea compartida por diferentes instancias, a
continuación se presentan algunas consideraciones referentes a la participación
de las familias en las escuelas.
Es habitual que en las escuelas se recurra a la participación de
las familias únicamente en momentos de crisis; es decir, cuando algo sucede con
el alumno o alumna, cuando se necesitan de ciertos apoyos o, bien, cuando
es indispensable que asistan a alguna celebración o evento cultural; sin
embargo, resulta importante recordar que el personal de la escuela y los padres
y madres (y actualmente, en muchos casos, los abuelos y otros familiares)
comparten el compromiso de educar a los alumnos y esto, sin duda, requiere de
un conocimiento mutuo y de complementar las acciones que realiza cada una de
las partes.
En el caso específico de escuelas que participan en procesos de mejora,
como el Programa Escuelas de Calidad, promover la cooperación de las familias
no es una opción, es un deber; consecuencia de los principios y de la
convicción que sustentan el modelo de gestión. Por lo anterior, y con la
intención de favorecer la participación de todas las familias pero
particularmente de los alumnos y las alumnas con discapacidad, las escuelas
pueden promover estrategias, como las que se mencionan a continuación (muchas
de ellas seguramente consideradas ya en la planeación estratégica):
Información. Las familias participan más cuando reciben
información del progreso de sus hijos, de prácticas educativas y gestión que
tienen lugar en la escuela. De la misma manera, la participación se favorece
cuando las familias también tienen oportunidad de informar a la escuela acerca
de lo que sucede en casa relacionado con el aprendizaje de los niños, las niñas
y los jóvenes.
Algunas herramientas para facilitar este intercambio de
información pueden ser realizar reuniones, entregar circulares, convocar a
asambleas, las propias producciones de los alumnos, elaborar documentos de
difusión, elaborar comunicaciones escritas en un cuaderno específico, utilizar
el pizarrón de autoevaluación, preparar el portafolio institucional, entre
otras.
En el caso particular de los alumnos y las alumnas con discapacidad este
intercambio de información tiene que beneficiar su participación y logro
educativo y se puede promover a través de la cooperación de las familias en la
Evaluación Psicopedagógica y en la elaboración de la Propuesta Curricular
Adaptada.
Consulta. A las familias, por ejemplo para la
autoevaluación de la escuela
.Lo que brindará información respecto del trabajo que realiza la escuela
y los avances que se van teniendo. Para el caso específico de los alumnos con
discapacidad, estas consultas también pueden ser acerca de los apoyos que los
alumnos o las propias familias requieren.
Apoyos técnicos y materiales para los
alumnos con discapacidad
Generalmente los alumnos y las
alumnas con discapacidad requieren apoyos personales específicos, algunos deben
realizarse directamente en las instalaciones de la escuela o en el aula, como
se señala en el punto anterior, referente a las adecuaciones de acceso, pero
otros consisten en dotar a los alumnos de apoyos técnicos o materiales.
En ocasiones se piensa que es
suficiente con que el niño, la niña o el joven con discapacidad asista a una
escuela de educación regular y trabaje con sus compañeros de grupo, y aunque
éste es un aspecto importante, no se debe perder de vista que muchas veces
requieren de apoyos específicos, sin los cuales difícilmente podrían participar
y aprender en igualdad de condiciones que el resto de sus compañeros. ¿Se
imaginan estar en un salón de clases sin tener al menos un lápiz y un cuaderno?
A veces eso es lo que se hace con alumnos con discapacidad visual que están en
el salón sin tener las herramientas necesarias para escribir en el sistema
Braille. Algunos de los apoyos que pueden requerirse,
de acuerdo con la discapacidad que
presentan los alumnos, son los que se mencionan a continuación, pero vale la
pena recordar que en posteriores apartados de esta guía se presentan
detalladamente:
Discapacidad visual: bastón, máquina Perkins, ábaco
Crammer, regleta y punzón, caja aritmética, calculadora parlante, libros de
texto en sistema Braille, libros de texto en macrotipos, lupa, computadora con
un programa de lectura de voz, entre otros.
Discapacidad auditiva: auxiliares auditivos,
intérprete de lengua de señas, apoyos visuales, subtítulos en videos, entre
otros.
Discapacidad motriz: mobiliario específico, apoyos para
mantener la postura, silla de ruedas, andadera, bastones, tablero de
comunicación, libros de texto en macrotipos, apoyos para los lápices o plumas,
entre otros.
Discapacidad intelectual:material concreto y variado, apoyos visuales, entre otros.
¿Quienes impulsaron el proceso de integración en los
alumnos?
- A partir de 1992, como
consecuencia del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación
Básica, la reforma del Artículo 3 constitucional y la promulgación de la
Ley General de Educación, se impulsó el proceso de integración de los
alumnos y las alumnas con discapacidad a las escuelas de educación básica
regular, y se consideró también una transformación profunda de los
servicios de educación especial que eran los que, tradicionalmente, los
venían atendiendo.
- Desde ese momento, los
programas de desarrollo educativo, federales y estatales, han establecido
acciones y estrategias para promover la integración educativa. En ese
sentido, desde 2002 la Secretaría de Educación Pública, a través de la
Subsecretaría de Educación Básica, ha trabajado conjuntamente con las
entidades federativas el Programa de Fortalecimiento de la Educación
Especial y de la Integración Educativa, y ha promovido el establecimiento
de líneas de acción, objetivos y estrategias encaminadas a apoyar este
proceso en los distintos programas, como el Programa Escuelas de Calidad
(pec).
- Dentro de su población
objetivo, el pec considera a las escuelas que integran alumnos con
necesidades educativas especiales asociadas a una discapacidad o a
trastornos generalizados del desarrollo. De acuerdo con datos obtenidos de
la Estadística 911, del total de planteles que participaron en el pec
VIII, 35% atiende al menos a un alumno o alumna con discapacidad.
- Además, el pec
establece como uno de sus estándares de gestión el siguiente: “La escuela
se abre a la integración de niñas y niños con necesidades educativas
especiales, se otorga prioridad a los que presentan alguna discapacidad o
aptitudes sobresalientes y requieren apoyos específicos para desarrollar
plenamente sus potencialidades”.
- cabo las acciones
necesarias. El tercer rubro refiere los principales datos relacionados con
el número de escuelas en general y que participan en el pec, que atienden
alumnos con discapacidad, así como la discapacidad que éstos presentan.
¿Cuál es la responsabilidad de la
escuela en la inclusión de los alumnos con discapacidad?
La escuela de educación básica es
la responsable de asegurar la inclusión del alumnado con discapacidad. En algún
momento se pensó que los responsables eran los servicios de educación especial;
sin embargo, los alumnos con necesidades educativas especiales, en este caso
con discapacidad, son parte de la escuela, por tanto ésta es la que debe
asegurar su participación y aprendizaje, aunque para ello probablemente
requiera algunos apoyos, como los servicios de educación especial.
El respaldo al que la escuela
puede recurrir para asegurar la inclusión de los alumnos y las alumnas con
discapacidad son los servicios de apoyo de educación especial (Unidad de
Servicios de Apoyo a la Educación Regular —usaer— o similar), si se contara con
ello.
Otros apoyos son los Centros de
Recursos e Información para la Integración Educativa (crie), los Centros de
Rehabilitación, el DIF y las organizaciones de la sociedad civil que atienden a
personas con discapacidad, además de la instancia estatal de educación
especial.
De la misma manera, la escuela podrá
recurrir a los asesores de la zona escolar y del Programa Escuelas de Calidad
para solicitar información acerca de otras escuelas que también integren
alumnos y con las que se pueda generar algún intercambio de experiencias.
No obstante, el mayor apoyo que la
escuela tendrá para garantizar la inclusión de estos alumnos es la escuela
misma; es decir, la planeación y la organización que establezca, en función de
asegurar la participación y el aprendizaje de los alumnos y las alumnas con
discapacidad: el trabajo conjunto entre todo el personal de la escuela; el
intercambio de ideas, experiencias y sugerencias; el trabajo con las familias;
la búsqueda de información específica y la vinculación con otras instancias.




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